Coralia
Orantes
corantes@siglo21.com.g
Las especies de animales en peligro de extinción no
solo sufren al ser blanco de las garras de estructuras criminales que las
capturan para venderlas en otros países, sino también viven el calvario de la
revictimización al momento de ser rescatadas, pues se convierten en prueba del
delito y en algunos casos no son reinsertadas inmediatamente a la vida salvaje
“Imagínese lo triste e
ilógico. Es como si una persona secuestrada fuera liberada y no se le puede
entregar a sus familiares porque servirá de evidencia”, explica Miriam
Monterroso, directora ejecutiva de Arcas Guatemala, quien indica que no menos
de 20 animales se convirtieron en prueba dentro de procesos penales, por lo que
no han podido ser trasladados al Centro de Rescate a cargo de la institución.
Los responsables del
resguardo de la vida silvestre en el país explican que los animales que son
atrapados para el tráfico ilegal, sufren durante su encierro y traslado, de
deshidratación, se les bajan las defensas, por lo que están expuestos a
cualquier enfermedad.
“Hemos encontrado
animales dentro de cajas, debajo de la estructura de los autos, sin comida, sin
aire”, señala Aura Marina López, fiscal de Delitos contra el Medio Ambiente.
José Cajas, encargado de Vida Silvestre del Consejo Nacional de Áreas
Protegidas (Conap), refiere que este año se logró el liberación de 400 animales
que serían vendidos ilegalmente.
Entre las especies más
solicitadas por los contrabandistas están la guacamaya roja, loros, mapaches,
pizote, monos araña, reptiles y felinos, entre otros.
Monterroso asegura que
una guacamaya en el país se vende a Q2 mil, pero en Estados Unidos tiene un
precio entre $5 mil y $7 mil.
Hasta el momento, las
autoridades han detectado varias bandas que operan en el país, especialmente en
áreas protegidas para extraer a las especies y trasladarlas a México. “Las
personas deben entender que una vez hay un comprador, habrá mercado, habrá
quien los satisfaga, y con ello se participa en una cadena de delitos y en la
extinción de especies”, explica Cajas.
Como prueba
La fiscal Aura López indica que en ocasiones no se tiene un lugar a donde trasladar a los animales liberados. Por esa causa, menciona que en una ocasión se tuvo que disecar a un mono para presentarlo en el debate como prueba.
López señala que en algunos casos y de acuerdo con la ley vigente, se ha aplicado la eutanasia a los animales, pues están muy enfermos o no hay quién los cuide, ni los reciba. Por el momento, 20 animales están pendientes de ser reinsertados a la vida salvaje; sin embargo, los procesos abiertos lo impiden.
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