El
concepto de basura espacial nació el 4 de octubre de 1957, día en el que la
URSS lanzó el Sputnik 1, el primer satélite artificial. Desde entonces más de
4.200 lanzamientos han ido ensuciando la órbita terrestre. El pequeño tamaño de
los restos y su alta velocidad los convierten en proyectiles muy peligrosos.
Se
le conoce también como chatarra espacial y engloba cualquier objeto artificial
sin utilidad que orbita en la tierra. Cuando se laza algo al espacio, algunos
restos dela nave no regresan a la atmosfera y se quedan orbitando a velocidades
que superan los 27mil Km/h.
El
espectro de desechos es enorme: desde grandes restos de cohetes hasta pequeñas
partículas de pintura. Es importante tener en cuenta que la basura espacial va
en aumento, sobre todo en la llamada órbita terrestre baja (entre los 200 a
2000 kilómetros sobre la superficie del planeta), lugar donde se realizan la
mayor parte de las operaciones y vuelos espaciales. Se calcula que actualmente
hay más de 30.000 objetos se mas de 10 cm. Además, la Agencia Espacial Europea
estima que un 52% de los objetos que orbitan la Tierra son naves que se han
quedado obsoletas, restos de cohetes, satelites y otros objetos desprendidos
durante las misiones.
La
gran concentración de basura espacial y su continuo aumento, podría ser
realmente perjudicial para astronautas, satélites, naves espaciales e incluso
la Estación Espacial Internacional (EEI). Un
asunto que las agencias y gobiernos deben tomar realmente en serio.
Para evitar el aumento de la basura alrededor
de la Tierra se necesita un código de buenas prácticas espaciales, que
velaría por que los operadores espaciales se preocupen de que sus equipos
caigan a la Tierra de forma programada tras la misión.
Recientemente,
científicos suizos lanzaron el programa CleanSpace One encaminado a retirar la basura espacial
desde la órbita terrestre, cuyo presupuesto asciende a 11 millones de dólares,
para desarrollar una serie de “satélites limpiadores”, pequeños aparatos
capaces de detectar los objetos peligrosos en la órbita y
destruirlos. También la Universidad Politécnicade Madrid (UPM),
en colaboración con la compañía española Tecnalia, dirige una iniciativa
europea para enfrentar el problema de la basura espacial. El proyecto Bare
Electrodynamic Tether (BETs), estudiará como desviar (sacar de órbita) satélites en
órbita baja a un costo aceptable. El proyecto sería financiado por el Séptimo
Programa Marco de la Unión Europea.
No
enfrentar el problema a la brevedad, significa poner en riesgo la mayoría de
los satélites en órbitas bajas, las misiones robóticas y tripuladas en el
espacio, precipitaciones de elementos a la tierra que puedan ocasionar daño
alguno a instalaciones o vidas humanas como ocurrió en Febrero de 2012,
luego que en enero, a 1.250 kilómetros de la isla chilena de Wellington,
se precipitaran los restos de la fallida sonda espacial rusaPhobos-Grunt (destinada
al planeta Marte).incluso, hacer el acceso al
espacio imposible durante un prolongado periodo de tiempo, quedando prisioneros
en una celda de escombros, que es fruto de nuestra impericia e
irresponsabilidad.
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