Un
nuevo estudio indica que existe una especie de rata que utiliza un mecanismo
ingenioso para frustrar posibles ataques de depredadores. La rata de crin, o
rata crestada africana, (Lophiomys imhausi), mastica las raíces y la corteza de
un árbol altamente tóxico y luego se unta con esa mezcla. Este es un
comportamiento que se informa por primera vez según se publica en la revista de
la academia de ciencias británica, Proceedings of the Royal Society.
El
veneno, obtenido de un árbol cuyo nombre científico es Acokanthera schimperi,
ha sido usado tradicionalmente por cazadores en África para matar elefantes.
La
rata crestada vive en el noreste del continente africano, donde se la conoce
como venenosa y circulan relatos sobre la muerte de perros domésticos que
intentan comerla. Pero hasta ahora no se sabía que el roedor se sirve de una
planta para obtener toxinas.
Cuando
no se encuentra en peligro, la rata crestada se ve simplemente como un roedor
de color gris. En cambio, cuando es atacada por leopardos o chacales, pone en
práctica su estrategia. En lugar de huir, porque es muy lenta, encara al
depredador dejando al descubierto una parte de su pelaje con rayas blancas y
negras, que previamente ha untado con veneno.
“Se
trata de un veneno orgánico. Todos tenemos trazas de esta sustancia tóxica en
nuestro cuerpo, donde cumple la función de controlar la fuerza de los latidos
del corazón”, explicó Kingdon. “Pero en grandes cantidades, provoca latidos tan
fuertes que lleva a un infarto”.
De
acuerdo al científico de la Universidad de Oxford, el único animal conocido que
utiliza una estrategia similar es el puercoespín, que mata un sapo venenoso y
luego unta la sustancia tóxica de las glándulas del anfibio en sus espinas,
aunque no es letal para sus depredadores.
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