Sin
duda una de las fechas mas importantes y destacadas para este municipio es el
1ro de noviembre, Día de Todos los Santos, cuando se celebra junto al
cementerio el festival de Barriletes Gigantes. Cada barrilete es elaborado
meses atrás para participar en un concurso de creatividad, así como de vuelo.
Es
una expresión clara y de orgullo para los habitantes de Sumpango, es una
tradición que data desde hace varios siglos. El Ministerio de Cultura y
Deportes, el 30 de octubre de 1998 declaro Patrimonio Cultural de Guatemala, la
feria de Barriletes Gigantes del Municipio de Sumpango.
Son
una mezcla de arte, tradición y color, a través de los cuales, los lugareños
transmiten mensajes de unidad, de amor, de fe, de respeto por las costumbres y
la Madre Tierra y, en el año 2000, de identificación con los postulados de la
Cultura de Paz impulsados por la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La
tradición de elevar al cielo cometas multicolores se remonta a tiempos
ancestrales, pues, anualmente las familias del área recuerdan a los parientes
fallecidos.
De
acuerdo con una leyenda popular del municipio, cada 1 de noviembre los
espíritus malignos invadían el cementerio para molestar a las ánimas buenas que
descansaban en ese recito. Tal incomodidad causaba que las almas de los muertos
vagaran inquietas por las calles y viviendas humildes de Sumpango.
El
relato histórico indica que como el problema persistía con cada advenimiento
del “Día de los Muertos”, los sumpangueros decidieron consultar el fenómeno con
los ancianos. La solución, recomendada por los guías de la comunidad, fue
forzar la retirada de los intrusos mediante inducir el choque de pedazos de
papel contra el viento.
Según
los mayores, el impacto del viento contra el papel alejaría la molestia. Por
ese motivo, los lugareños dedicaron horas a confeccionar los objetos que
derivaron en cometas o barriletes, cuya creación propició que, finalmente, los
espíritus buenos se quedaran tranquilos y dejaran de recibir la visita
indeseada.
Entre los más
grandes están los que van de los 5.5 a los 16 metros de extensión. Elaborar una
de estas obras implica una tarea de seis horas diarias (durante la noche y la
madrugada) a los lago de de los 45 días que preceden al 1 de noviembre.
Un barrilete puede
vales hasta $8 mil dólares americanos, si se toma en cuenta el precio de los
materiales y la mano de obra participante; sin embargo, más allá del costo
económico, lo trascendente es el valor simbólico y espiritual que encierra.
Originalidad es una
de las cartas de presentación de estas producciones que anualmente se muestran
en su terruño, pero que también han sido llevadas a países de Europa y América
del Sur, en donde han sido apreciadas y aplaudidas. Los miembros de los grupos
dedicados al arte barriletero primero definen el mensaje que comunicarán.
Después trasladan la idea a un lienzo y crean un boceto a escala, para luego
proceder a crear el armazón y dar forma al diseño en el tamaño real.
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