miércoles, 2 de noviembre de 2011

Barriletes de Sumpango


Sin duda una de las fechas mas importantes y destacadas para este municipio es el 1ro de noviembre, Día de Todos los Santos, cuando se celebra junto al cementerio el festival de Barriletes Gigantes. Cada barrilete es elaborado meses atrás para participar en un concurso de creatividad, así como de vuelo.

Es una expresión clara y de orgullo para los habitantes de Sumpango, es una tradición que data desde hace varios siglos. El Ministerio de Cultura y Deportes, el 30 de octubre de 1998 declaro Patrimonio Cultural de Guatemala, la feria de Barriletes Gigantes del Municipio de Sumpango.

Son una mezcla de arte, tradición y color, a través de los cuales, los lugareños transmiten mensajes de unidad, de amor, de fe, de respeto por las costumbres y la Madre Tierra y, en el año 2000, de identificación con los postulados de la Cultura de Paz impulsados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

La tradición de elevar al cielo cometas multicolores se remonta a tiempos ancestrales, pues, anualmente las familias del área recuerdan a los parientes fallecidos.

De acuerdo con una leyenda popular del municipio, cada 1 de noviembre los espíritus malignos invadían el cementerio para molestar a las ánimas buenas que descansaban en ese recito. Tal incomodidad causaba que las almas de los muertos vagaran inquietas por las calles y viviendas humildes de Sumpango.

El relato histórico indica que como el problema persistía con cada advenimiento del “Día de los Muertos”, los sumpangueros decidieron consultar el fenómeno con los ancianos. La solución, recomendada por los guías de la comunidad, fue forzar la retirada de los intrusos mediante inducir el choque de pedazos de papel contra el viento.

Según los mayores, el impacto del viento contra el papel alejaría la molestia. Por ese motivo, los lugareños dedicaron horas a confeccionar los objetos que derivaron en cometas o barriletes, cuya creación propició que, finalmente, los espíritus buenos se quedaran tranquilos y dejaran de recibir la visita indeseada.

Entre los más grandes están los que van de los 5.5 a los 16 metros de extensión. Elaborar una de estas obras implica una tarea de seis horas diarias (durante la noche y la madrugada) a los lago de de los 45 días que preceden al 1 de noviembre.

Un barrilete puede vales hasta $8 mil dólares americanos, si se toma en cuenta el precio de los materiales y la mano de obra participante; sin embargo, más allá del costo económico, lo trascendente es el valor simbólico y espiritual que encierra.

Originalidad es una de las cartas de presentación de estas producciones que anualmente se muestran en su terruño, pero que también han sido llevadas a países de Europa y América del Sur, en donde han sido apreciadas y aplaudidas. Los miembros de los grupos dedicados al arte barriletero primero definen el mensaje que comunicarán. Después trasladan la idea a un lienzo y crean un boceto a escala, para luego proceder a crear el armazón y dar forma al diseño en el tamaño real.

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