martes, 3 de mayo de 2011

¿Agua del aire?

La recuperación de agua del aire podría suponer una alternativa en situaciones de escasez de recursos hídricos y de dificultades para el suministro del mismo. La naturaleza muestra ejeplos de obtención del agua del aire que han servido de inspiración para desarrollas materiales capaces de recuperar la humedad ambiental o el agua evaporada en torres de refrigeración.

Entendido que la atmosfera juega un papel fundamental en el ciclo del agua, la precipitaciones solo son un fragmento diminuto de la inmensa cantidad de agua que almacena la atmósfera. La concentración del agua en la atmosfera es muy variable según la región, estacionalidad y altura. Con una concentración media de .04% que puede alcanzar de 1% al 4 % en la superficie de la tierra.

La superficie del cuerpo del escarabajo del Desierto de Namib ha servido de inspiración para el desarrollo de materiales sintéticos que imitan su funcionamiento y que colocados a modo de paneles sobre las viviendas podrían servir para recoger agua y aumentar su disponibilidad en zonas áridas. La UNEP (United Nations Environment Programme) ha reconocido la idea entre las “Nature’s 100 Best” que podrían contribuir en el siglo XXI a una economía más sostenible. Un equipo de la Universidad de Oxford y la empresa Británica de investigación para la defensa QuinetiQ han diseñado una superficie que imita las protuberancias y las partes bajas que atraen el agua de las placas de las alas del escarabajo y que permiten al insecto recolectar gotas de agua que son más delgadas que un cabello humano. Las pruebas realizadas muestran la posibilidad de obtener agua del ambiente o de torres de enfriamiento. En Estados Unidos un programa con subvención oficial estudia el desarrollo de carpas que puedan servir de sistema de repueración de agua de la humedad ambiente.

Lo cierto es que obtener agua del aire por condensación no es fácil en todos los lugares, a veces requiere de un consumo energético considerable y del desarrollo de materiales muy específicos y duraderos que faciliten la condensación.

En las afueras de Lima, Perú, la aldea Bellavista, pese a que la “bella vista” queda bloqueada en invierno por una neblina densa empujada desde el Pacífico. Pero sus habitantes le dan buen uso a toda esa humedad. Con la ayuda de los conservacionistas alemanes Kai Tiedemann y Anne Lummerich, la exprimen del aire con redes en capas múltiples para capturar la neblina y condensar sus diminutas gotas en grandes cantidades de agua.

La precipitación en este lugar es de 1.3 centímetros al año, por lo cual, antes de la instalación de las redes, los aldeanos gastaban hasta 15 % de sus ingresos en llevar agua en pipas desde Lima.

Ahora la neblina genera decenas de miles de litros de agua anualmente, con la cual los residentes pueden mantener 700 árboles jóvenes y 10 huertos para cultivo a lo largo del año. Conforme crezcan, Tiedemann espera que lo ayuden a restaurar naturalmente un paisaje que solía ser exuberante. “Estos cerros estaban recubiertos de bosques –dice–. Desde que los árboles fueron talados, no quedó nada para atrapar la neblina”. Mientras tanto, las redes de ocho metros de largo instaladas en la actualidad sirven para ese fin.

Sea o no descabellada la idea de obtener agua del aire, lo cierto es que como suele ocurrir la naturaleza la desarrollo primero, existen animales como el escarabajo del Desierto de Namibia, que consiguen agua para su supervivencia mediante la condensación de la humedad del ambiente. Al momento en que la humedad en el amanecer es relativamente máxima.

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