martes, 1 de febrero de 2011

La Cloración

Desde hace más de 90 años la cloración desempeña un papel crítico en lo que a la protección del agua se refiere, es cierto que actualmente cada vez que mencionamos la palabra cloro es muy probable que lo primero que se nos cruce por la mente sea la desinfección del agua de piscinas.


Pero la cloración es un proceso de higienización que se llevó a cabo por primera vez en los sistemas de abastecimiento de agua potable, surge como alternativa eficiente para eliminar las enfermedades infecciosas transmitidas por el agua; aunque pueda resultar extraño y a la vez sorprendente, la cloración ha sido responsable en gran parte del 50% de aumento de expectativa de vida en los países desarrollados durante el siglo XX. Una de las revistas más prestigiosas de los Estados Unidos establece los fenómenos de filtración y cloración como los avances más significativos en cuanto a salud pública; fue en 1846 que el doctor Ignaz Semmelweis introdujo uno de los primeros usos del cloro como desinfectante.


Lo hizo mientras trabajaba en un hospital, mediante varios de sus estudios pudo determinar que la fiebre de los niños y otras infecciones eran transmitidas de un paciente a otro por los doctores que no se lavaban las manos después de cada examen; esto conllevó que Semmelweis instituyera un procedimiento de desinfección que requería que los médicos higienizasen sus manos con jabón y agua con cloro. Así empezó todo y siguió su progreso en 1854 cuando John Snow intentó desinfectar el sistema de abastecimiento luego de un brote de cólera en Londres; la cloración continua se hizo presente en los primeros años del siglo XX en Gran Bretaña donde su aplicación redujo considerablemente las muertes por tifoidea; poco después dicho procedimiento se trasladó a los Estados Unidos en 1908 y se consiguieron eliminar las enfermedades transmitidas por el agua (cólera, tifoidea, disentería y hepatitis A).
Acción de cloración sobre los agentes.


Muchos se preguntarán cómo es que la cloración puede eliminar a los agentes patógenos, esta explicación también tiene su historia; en 1881 el bacteriólogo Robert Koch demostró que el hipoclorito podía destruir cultivos puros de bacterias; sus observaciones aseguraban que las células bacterianas dosificadas con cloro liberan ácidos nucleicos, proteínas y potasio; y las funciones de la membrana resultaban afectadas por el cloro.

La cloración causaba alteraciones físicas, químicas y bioquímicas en la pared de toda célula, de esta forma se destruye la barrera protectora de la misma dejándola indefensa, disminuyendo sus funciones vitales hasta llevarla a la muerte; como conclusión, el cloro no permite que la bacteria crezca, se reproduzca o cause ninguna enfermedad. Los beneficios del cloro sobre el agua son muchos y son justamente ellos los que enaltecen el uso de este producto tanto en los tanques de agua potable como en el mantenimiento de piscinas; ante todo debemos destacar que es un germicida potente ya que reduce el nivel de microorganismos patógenos en el agua hasta niveles que son casi imposibles de medir. La cloración permite el control de gusto y olores reduciéndolos, esto se debe que el cloro oxida sustancias que se presentan naturalmente, nos referimos a las secreciones de algas malolientes y olores de vegetación que se encuentra en proceso de descomposición; el cloro le otorga al agua atributos inodoros y modifica favorablemente su sabor.

La cloración conlleva también a un control biológico y químico, con respecto al primero, señalamos que su acción germicida elimina bacterias, mohos y algas, controla los microorganismos molestos que suelen crecer en la piscinas y se transmiten por ele agua. El control químico es aquél que se encarga de destruir el sulfuro de hidrógeno y eliminar el amoníaco como otros compuestos nitrogenados que generan sabores desagradables y obstaculizan cualquier tipo de desinfección. Como conclusión aseguramos que la cloración desempeña una función extraordinaria al proteger los sistemas de abastecimiento de agua potable de las enfermedades infecciosas, si complementamos dicho proceso con el sistema de filtrado los resultados obtenidos son aún mucho mejores; según la Organización Mundial de la Salud, la desinfección de piscinas y de redes de agua para consumo público con cloro es la mejor garantía de un agua microbiológicamente segura.

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