jueves, 23 de octubre de 2014

La UE financiará un proyecto para preservar el ecosistema en el Amazonas

La Unión Europea (UE) financiará el proyecto regional "Visión Amazónica", que busca fortalecer y preservar los ecosistemas en áreas protegidas de la región afectadas por el cambio climático, informaron hoy a Efe fuentes de la iniciativa.La presentación de esta iniciativa, auspiciada por el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y la coordinación de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), reunió hoy en Bogotá a representantes de algunos de los países que comparten la selva amazónica en una primera jornada para desarrollar el proyecto.
Con el objetivo de mantener una misma visión de conservación, Brasil, Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam y Venezuela se unen por un período de cuatro años para beneficiar a la biodiversidad y las economías locales de la Amazonia, uno de los más importantes ecosistemas del mundo.
Con un presupuesto de 5,2 millones de euros (6,4 millones de dólares), el proyecto nace como apoyo a una iniciativa regional para la conservación del bioma amazónico propuesta hace más de un lustro por la Red Latinoamericana de Cooperación Técnica en Parques Nacionales, otras Áreas Protegidas, Flora y Fauna Silvestres (Redparques).
El propósito de esta red es desarrollar una agenda regional de trabajo conjunto que apoye a los países incluidos para construir un enfoque compartido entorno a la conservación y gestión sostenible de la Amazonía.

jueves, 2 de octubre de 2014

¿QUÉ ES LA ASOCIACIÓN BIOSFERA Y DESARROLLO AGRÍCOLA SOSTENIBLE (BIDAS)? 



Es una entidad privada, ambientalista, cultural, educativa, no lucrativa, apolítica, no religiosa, social y mutualista. Fundada en 1994 por un grupo de altaverapacences, establecida en el departamento de Alta Verapaz con sede en el municipio de Cobán. Somos la sombrilla de Proyecto Eco quetzal (PEQ).

SUS OBJETIVOS

Conservar, valorar, proteger los recursos naturales y culturales mediante el mejoramiento del nivel de vida de las comunidades rurales, fomentando y mejorando la agricultura sostenible y cualquier otro tipo de actividad que no deterioren los recursos naturales de Alta Verapaz.
¿QUÉ ES PROYECTO ECOLÓGICO QUETZAL (PEQ)?

Nació a raíz que un grupo de estudiantes alemanes que completaron su servicio civil en 1988 en Guatemala, llevando a cabo un inventario sobre los bosques nubosos y el monitoreo de la distribución del quetzal en las sierras de Caquipec, Guaxac y Yalijux en el departamento de Alta Verapaz, en donde se detectó la mayor densidad de quetzales por área con 145 aves/Km².

Actualmente, PROYECTO ECOLOGICO QUETZAL (PEQ) es una organización no gubernamental (ONG) sin fines de lucro ubicada en Cobán A. V., que se dedica a la protección de los bosques en el departamento de Alta Verapaz. Estamos trabajando con comunidades mayas Q´eqchi´es, para promover el uso sostenible de los recursos naturales de su área. Trabajamos en conjunto con las comunidades para identificar fuentes y alternativas de trabajo como los componentes de agricultura sostenible con más de 1,000 finquitas; el ecoturismo, el biomonitoreo de aves y la educación ambiental donde se fortalece el respeto a los bosques. El soporte económico lo hemos obtenido por varias instituciones internacionales a través de los años como Landesbund fur Vogelschutzm (LBV), GEO Tropical Rainforest of Hamburg Alemaina, Ministerio de Cooperación Económica Alemana (BMZ), La Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN), y actualmete por National Fish and Wildlife Foundation de EE.UU. (NFWF).
¿CUÁL ES SU OBJETIVO?

Proteger y conservar el hábitat del quetzal y otras especies de vida silvestre de los bosques del departamento de Alta Verapaz mediante la promoción a los habitantes de las zonas de alternativas y de la utilización racional y sustentable de los recursos naturales renovables. Trabajamos varios componentes como la agricultura sostenible, el biomonitoreo de aves, las artesanías y el ecoturismo, o turismo de bajo impacto, como alternativas para proteger los bosques tropicales y nubosos de Alta Verapaz y mejorar la calidad de vida de los campesinos que las habitan.

Con sede en la 2nda calle 14-36 zona 1, Cobán Alta Verapaz, Guatemala / bidaspeq@gmail.com
Foto: ecoquetal.org

El agua sostiene a la economía de Guatemala

El consumo de agua en el país tiene un alto impacto en la economía nacional, pues se emplea en agricultura, industria, electricidad y para consumo humano, entre otras actividades. Sin embargo, aunque su extracción es intensiva, expertos en el tema opinan que hace falta legislación para su uso, protección y control de los desechos.

Datos del Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica de Guatemala 2001-2010 refieren que en esa década el consumo de agua aumentó 21.13%. Según los datos, en 2010 los guatemaltecos consumieron 35 mil 557.2 millones de metros cúbicos.

Renato Vargas, coordinador Nacional para Guatemala de la Alianza Mundial para la Contabilidad de la Riqueza y la Valoración de los Servicios de los Ecosistemas (Waves), explicó que no obstante el volumen mencionado, con valor monetario solo está contabilizada el agua de las municipalidades que se distribuye a los usuarios por tubería.

Vargas explicó que al rubro de agua se le puede asignar un valor según las tarifas en el recibo; sin embargo, aún municipalidades pequeñas carecen de capacidad para llevar esa contabilidad.
Agregó que en 2010 el volumen captado para distribución fue de 417.7 millones de metros cúbicos; es decir, 1.17% del total consumido ese año.

Datos del Banco de Guatemala (Banguat) refieren que la contribución del agua en la economía puede observarse en las estimaciones del valor agregado de la captación, depuración y distribución de agua. En esta clasificación se muestra que el aporte al producto interno bruto (PIB) es menor al 1% anual.

Según el Banguat, en 2013 ese rubro registró Q1 mil 488 millones —a precios de cada año—, lo que significó un aporte de 0.35% al PIB —Q422 mil 670 millones—. En el 2010, la aportación del agua al PIB se calculó en 0.37%, lo que significó Q1 mil 248 millones, según el Banguat.

Vargas señaló que en la contabilidad actual, al resto del agua no se le da un valor de mercado, aunque tiene mucha demanda en industria, agricultura y otras actividades. "Esta medición no contempla el líquido de la industria que usa pozos propios, tales como la actividad cervecera y la de agua envasada para beber. Ellos la extraen de un pozo privado, no es ilegal, no hay ley de aguas, pero esa agua no esta valorada", resaltó Vargas.

Solo se contabiliza lo que ellos gastan en sus equipos para extraerla, los pozos, bombas y otros activos, así como la que usan en sus oficinas administrativas, comentó.

Para el sistema de cuentas ambientales, lo que se hizo fue calcular el volumen de agua que no estaría contabilizado, aunque no se le estableció un precio, subrayó Vargas.

Al respecto, Ottoniel Monterroso, decano de Ciencias Ambientales y Agrícolas de la Universidad Rafael Landívar (URL) informó que anualmente la sociedad consume alrededor de 35 mil millones de metros cúbicos de líquido.

Monterroso agregó que entre las actividades económicas, el mayor consumidor es la agricultura. En 2010 ese sector usó más de la mitad, equivalente al 59.49%. En segundo lugar está la industria manufacturera, con 21.5% —aquí se incluye el 18.01% de beneficiado de café y 3.49% de manufactura—. Los servicios de electricidad, agua y gas usan el 14.22%, mientras que el resto de actividades económicas consumen entre el 0.1 a 2% del total.

Por producto
Los principales productos en los que se consume agua son maíz, caña de azúcar, café, palma africana, banano y frijol, según el Sistema de Contabilidad Ambiental y Económica de Guatemala.

Sin embargo, el frijol y el maíz, casi en un cien por cien emplean agua de lluvia, mientras que el resto de cultivos usa un alto porcentaje de riego. La caña de azúcar se ubica en el primer lugar de los cultivos con riego, seguida por palma africana, banano y en porcentajes menores melón y mango. "En conjunto, usan el 75% del agua de riego", comentó Monterroso. "El 30% de los sistemas de riego en general siguen utilizando la inundación, que es de los sistemas más ineficientes, siendo mejor la aspersión por goteo", comentó.
En la industria y agroindustria, uno de los mayores consumidores de agua es el beneficiado de café, sigue la elaboración de productos alimenticios y la producción de azúcar, entre otras industrias.

Área metropolitana
El estudio Bases técnicas para la gestión del agua con visión de largo plazo refiere que en 12 de los municipios del área metropolitana se consumen 553 millones de metros cúbicos por año. El 91% de esta agua se extrae del subsuelo y el 10% viene del acueducto Xayá Pixcayá.
Monterroso dijo que la Empresa Municipal de Agua calcula que el 60% de lo consumido en la ciudad de Guatemala proviene del acueducto Xayá Pixcayá, aunque cuando se habla del área metropolitana esto significa el 10%.

A diferencia del resto del país, en el área metropolitana el principal uso es para consumo humano e industria, ya que en esta área se concentra el mayor número de habitantes e instalaciones industriales, comentó el indicó.

Monterroso señaló que el uso del recurso es intensivo porque se está extrayendo de la naturaleza el volumen de agua en mención, pero solo se está devolviendo por medio de la filtración al subsuelo 220 millones de metros cúbicos.

Según Monterroso, en 1990 el agua se encontraba a 195 metros, pero en la actualidad en ese mismo pozo el líquido se bombea a 255 metros, mientras que en pozos que empezaron con 280 metros es necesario bombear a 345 metros. Por ejemplo, en el municipio de Mixco hay pozos que se tienen que bombear por debajo del nivel que tiene el lecho del Lago de Amatitlán, manifestó.

Mejoras
En la década de 1990 la industria azucarera desviaba parte de un afluente para canalizarlo al riego por surcos e inundaba toda la plantación de caña. Con este método se usaban mil metros cúbicos de agua por cada 0.88 hectáreas, explicó Otto Castro, de Cengizaña.

En la actualidad se usan métodos mecanizados (como el riego con pivotes y frontales) con los que se consume el mismo volumen de agua para regar 1.46 hectáreas y se pretende llegar a cubrir 1.86 hectáreas.

En todo el ciclo del cultivo de la caña se usan alrededor de cuatro mil 500 metros cúbicos de agua para el riego de una hectárea, de la cual se puede obtener unas cien toneladas de azúcar.

Castro explicó que en los ingenios también se ha disminuido el uso de ese líquido, ya que se reutiliza para riego de las plantaciones, como elemento químicos ricos en nutrientes; también se usa como abono orgánico en lugares donde el valor nutritivo de la tierra es muy bajo.

Enrique Velásquez, superintendente de Extracción y Molienda de Ingenio La Unión, manifestó que en el lavado de la caña se utilizan 25 mil galones de agua por minuto —cuando esta ingresaba a la planta, pues llevaba muchos desechos como tierra y partículas no deseadas—, pero en la actualidad en ese ingenio ya no se utiliza agua para este proceso, sino que desde hace seis años se emplea un sistema de rodillos.

Los ingenios El Pilar, Magdalena y Trinidad ya lo tienen y están por adoptarlo el de Concepción y Pantaleón.

Acciones necesarias
El viceministro de ambiente, Vinicio Montero, dijo que en Guatemala las políticas públicas para el manejo del agua son débiles, debido a la falta de una Ley de Agua.

Agregó que ante la inexistencia de legislación el Ministerio de Ambiente trabaja en una política de aguas, apoyado por un gabinete temporal del agua, creado por el Gobierno.
En la actualidad, el Reglamento de disposición de aguas residuales y el acuerdo 431-2007 solo establecen monitoreo para el consumo humano.

Montero añadió que los ejes de la futura política giran alrededor de la calidad del agua para consumo humano, la contaminación, regular su uso para la energía y prevenir contaminaciones de metales.

Ottoniel Monterroso, decano de Ciencias Ambientales y Agrícolas de la Universidad Rafael Landívar (URL), insistió en que la falta de políticas públicas impiden avanzar. "Hemos estado enfrascados por años en generar una ley de aguas, pero nunca pasa en el Congreso", resaltó.
Datos del sistema de contabilidad ambiental y al estudio metropolitano respecto del agua "nos dan una idea de lo insostenible del sistema, por lo que se deben ejecutar políticas públicas para su protección", agregó Monterroso.

Estas pueden ser políticas diferenciadas según el consumo de agua que hace cada sector, incluyendo los casos de riego, refirió.

El académico señaló que la mayoría de los recursos públicos destinados al tema son para sistemas de extracción, pero no para su control, protección y prevención.

3 entradas de agua (lluvia, riego y almacenada) en el suelo suman 2 mil 200 millones de metros cúbicos en la capital.

35,557 millones de metros cúbicos de líquido consumen en total el sistema económico de Guatemala.

POR ROSA MA. BOLAñOS / Guatemala/ Prensa Libre

Foto: http://flickrhivemind.net/ despiertaalfuturo.blogspot.com / gastronomiaycia.com

Parque Nacional Mirador-Rio Azul y Biotopo Naachtun-Dos Lagunas

Declarada área protegida en el año de 1990, cuenta con 116,911 hectáreas, ubicada en el departamento de Petén, Guatemala, Centro America, colinda con México al Norte y Belice al Este, este Parque Nacional es administrado por CONAP, IDAEH y CECON. Es el tercer parque nacional más grande de Guatemala. Es considerado por el Instituto de Recursos Mundiales como el último bosque de frontera de Guatemala.  Tiene tres accesos, Carmelita, Uaxactun y Melchor de Mencos

Forma el corazón de las áreas protegidas de la selva maya, considerado un santuario para la vida silvestre, protege gran diversidad y riqueza de flora y fauna entre los países de México, Belice y Guatemala. Debido a su posición geográfica entre los bosques tropicales altos y húmedos de Petén y los bosques subtropicales bajos y xéricos de Yucatan, el área contiene rasgos propios de ambas ecorregiones. Entre una de sus peculiaridades sobresalta una región desértica, se cree que fue el sitio donde la civilización Maya obtuvo parte del material para la construcción de sus templos.

Además de su importancia en cuanto a la flora y fauna, el parque tiene una gran importancia cultural al albergar sitios arqueológicos de la cultura Maya, como los son Mirador y Naachtum y sitios menores como La Muerta, La Muralla y La Victoria, posee muestras de sistemas agrícolas,  recolección y captación de agua así como observatorios astronómicos prehispánicos. El sitio arqueológico Mirador en contexto en cuanto a tamaño es cinco veces más grande que Tikal adicionalmente que se encuentra la pirámide más alta del Mundo Maya, la Pirámide Danta (300mts de ancho por 800mts de largo y 72mts de altura), Se cree que esta ciudad fue la capital de Reino Kan.
 

Se considera que las amenazas principales para este parque son las construcciones o mejoras de carreteras sin control esencialmente debido a los efectos colaterales de proporcionar un acceso fácil sin ningún control esto provoca el avance de la frontera agrícola y ganadera, extracción ilegal de madera, aumento de cacería en especial la cacería ilegal, saqueo arqueológico. 

Descubren un animal marino inclasificable


No es algo habitual encontrarse un espécimen y no ser capaz de clasificarlo dentro de la tabla de especies, pero es lo que le ha sucedido a un equipo de científicos de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).

¿Qué es este organismo? Los expertosdescubrieron en 1986 frente a las costas de Australia, un animal marino con forma de hongo de tamaño minúsculo y, tras un minucioso análisis, han sido incapaces de clasificarlo en ninguna de las subdivisiones conocidas del reino animal.

Estas nuevas especies miden apenas unos milímetros y tienen la forma de un disco aplanado con un tallo y una boca en su extremo y, a priori, han sido descritas como dos especies animales nuevas bautizadas como: Dendrogramma enigmatica y Dendrogramma discoides. Además, se trata de un organismo multicelular asimétrico, con una capa densa de material gelatinoso entre la piel exterior y las capas de células internas del estómago.

En el trabajo, que ha sido publicado en la revista Plos One, el coautor del estudio Jorgen Olesen, afirma que “descubrir algo así es extremadamente raro, quizás sólo ha pasado cuatro veces en los últimos 100 años”.

Fuente: Revista Muy Interesante

El Alto Costo del Desperdicio de Alimentos

Es la temporada de lechugas en el valle de Salinas, una depresión en la región central de California que produce alrededor del 70% de las hortalizas de hoja verde que se comercializan en Estados Unidos. Por la mañana, una procesión de tráilers cargados hasta los topes parte de las plantas de procesado del valle, rumbo al norte, el sur y el este.

Mientras tanto, un camión portacontenedor llega a la Estación de Transferencia de Sun Street, no lejos del centro urbano de Salinas. El conduc­tor se detiene sobre una báscula y a continuación coloca el baqueteado contenedor sobre una plataforma de hormigón. Un movimiento de palanca, un zumbido neumático, y 15 metros cúbicos de lechugas y espinacas caen al suelo formando una pila de dos metros de alto. Envasadas en cajas y bolsas de plástico, las hortalizas dan la impresión de estar frescas, lozanas, inmaculadas, pero varios delitos las han condenado a acabar en el vertedero: sus envases no contienen lo que deberían, o están mal etiquetados, o no han sido correctamente sellados, o están rasgados.

Cualquiera diría que desperdiciar semejante montón de comida es un pecado, incluso un crimen, pero la cosa no ha hecho más que empezar. A lo largo de la jornada, la planta de transfe­rencia recibirá entre 10 y 20 cargamentos más de hortalizas perfectamente comestibles, procedentes de las empresas productoras-envasadoras de la zona. Entre los meses de abril y noviembre el departamento encargado de la gestión de los residuos sólidos del valle de Salinas envía al ver­tedero entre dos y cuatro toneladas de verduras recién recogidas del campo. Y esta es solo una de las muchas plantas de transferencia de residuos que hay en los valles agrícolas de California.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que lleva la cuenta de lo que se produce y consume en el planeta, calcula que cada año una tercera parte de la producción mundial de alimentos para consumo humano se pierde o desperdicia en la cadena que se inicia en las explotaciones agropecuarias, pasa por las plantas de procesado, los mercados al por mayor y los comercios minoris­tas, y llega a los negocios de restauración y a la cocina de nuestros hogares. Todo esto significa 1.300 millones de toneladas anuales, suficientes para alimentar a 3.000 millones de personas.

El desperdicio alimentario se produce en distintos lugares y por distintos motivos. En general los países industrializados pierden más comida en las fases de comercialización y consumo, mientras que en las naciones en vías de desarrollo, que con frecuencia carecen de las infraestructuras necesarias para hacer llegar todo el alimento en buen estado a los consumidores, la mayor parte de las pérdidas tiene lugar en las fases de producción, postcosecha y procesado.

Pensemos en África, por ejemplo. A causa de los deficientes sistemas de almacenamiento y transporte, entre el 10 y el 20% de los cereales subsaharianos sucumben a enemigos como el moho, los insectos y los roedores. Hablamos de alimentos por valor de 3.000 millones de euros, suficientes para alimentar a 48 millones de bocas durante un año entero. Sin sistemas de refrigeración, los productos lácteos se agrian y el pescado se pudre. Sin la capacidad de encurtir, enlatar, curar o embotellar, los excedentes de los productos perecederos (ocra, mango, col…) no se pueden transformar en alimentos duraderos, de larga conservación. Las deficiencias viarias y ferroviarias lentifican el viaje del tomate del campo al mercado; la fruta mal envasada acaba hecha papilla; las verduras se mustian y se pudren por falta de sombra y fresco. En la India, que afronta problemas similares, se desaprovecha entre un 35 y un 40% de las frutas y verduras.

En los países desarrollados, la hipereficiencia de las prácticas agrícolas, la omnipresente refrigeración y la calidad de los transportes, del almacenamiento y de las comunicaciones garantizan que la mayor parte de los alimentos que producimos llegue a los puntos de venta (pese a los montones desechados del vertedero de la Sun Street). Pero a partir de ese punto las cosas em­peoran. Según la FAO, los países industrializados tiran 670 millones de toneladas de comida al año, una cantidad casi igual a la producción neta de alimentos del África subsahariana.

Se desperdician calorías en los restaurantes que sirven raciones desproporcionadas u opíparos bufés, cuyos empleados tiran todo a la basura en cuanto llega la hora de cerrar, aunque no haya estado ni cinco minutos en el mostrador. Los comercios de alimentación estadounidenses dejan de vender 19 millones de toneladas de comida al año, aunque hacen lo posible para que no se sepa. Los encargados adquieren por sistema más mercancía de la necesaria, por miedo a quedarse sin existencias de algún producto en concreto. Estantes enteros de guisantes en perfecto estado terminan en el contenedor para ha­­cer sitio a nuevas remesas de guisantes idénticos. La cadena británica de supermercados Tesco, que en los últimos años se ha comprometido públicamente a reducir el desperdicio alimentario, reconoció haber desechado más de 50.000 toneladas de comida en sus establecimientos del Reino Unido durante el último año fiscal.


Los consumidores también tenemos nuestra parte de culpa: compramos de más porque en cada esquina tenemos la posibilidad de adquirir comida relativamente barata y presentada en envases seductores; no la almacenamos adecuadamente; nos tomamos al pie de la letra la «fecha de consumo preferente», cuando en realidad ese etiquetado informa del punto máximo de frescura del producto y tiene poco que ver con la se­­guridad alimentaria; olvidamos las sobras en el fondo de la nevera, no pedimos que nos en­­vuel­van para llevar la comida que no nos hemos acabado en el restaurante y sufrimos mínimas o nulas consecuencias cuando tiramos a la basura una ración que hemos dejado a medias.

Da lo mismo dónde se produzca el desperdicio alimentario: cada plato de comida desaprovechado es un plato que no nutrirá a nadie. Una familia estadounidense de cuatro miembros desecha un promedio de 1.000 euros al año en comida. Despilfarrar comida es también despilfarrar las ingentes cantidades de combustible, productos agroquímicos, agua, tierra y mano de obra invertidos en su producción. En 2007, por ejemplo, la ocupación mundial del suelo destinado a producir unas cosechas que nadie se comería fue de 1.400 millones de hectáreas, la superficie de Canadá y la India. Pero el coste medioambiental va más allá. El destino final de los desperdicios suelen ser los vertederos, donde, sepultados sin aire, generan metano, un gas de efecto invernadero mucho más potente que el dióxido de carbono. Solo Estados Unidos y China emiten a la atmósfera mayor cantidad de gases de efecto invernadero que lo que supone el desperdicio de alimentos.

Comernos lo que producimos parece lo más lógico, un requisito indispensable para un sistema alimentario sostenible. Pero la implacable economía tiene querencia por obstaculizar las soluciones sencillas. Es evidente que cuantos más yogures desechen los consumidores al leer la fecha de consumo preferente, más yogures nuevos se venderán. Para los supermercados, quizá tenga más sentido tirar al contenedor el excedente de manzanas que rebajar su precio, ya que eso minaría las ventas de las no rebajadas. Por no quedarse cortos en sus contratos con los supermercados, los grandes productores comerciales plantan por norma general alrededor de un 10 % más de lo necesario. Los agricultores también dejan sin recolectar parcelas enteras de frutas o verduras por miedo a saturar el mer­cado y hundir los precios. A veces el coste de la mano de obra para recoger una cosecha supera su valor de mercado, por lo que a menudo se ara sobre el cultivo. Sí, los avances tecnológicos aportan más alimentos que nunca a los mercados, pero la abundancia resultante –que mantiene los precios bajos– no hace sino fomentar aún más el desperdicio. Como me dijo un granjero de Virginia ante las más de 25 hectáreas de brécol que no iba a cosechar: «Aunque pudiese poner toda esta comida en los puntos de venta, ¿cree que hay bocas suficientes para comérsela antes de que empiece a pudrirse?».

Si hay algo positivo en las escandalosas cifras del desperdicio de alimentos a escala mundial es que ofrecen infinitas oportunidades de mejorar. Por poner un ejemplo, en los países en vías de desarrollo hay organizaciones de cooperación que proporcionan a los pequeños agricultores recipientes de almacenaje y sacos multicapa para el grano, herramientas de desecado y conservación de frutas y verduras, así como equipos sencillos para refrigerar y envasar los productos. Todo ello se traduce en una reducción de pérdidas que en el caso de los tomates afganos, por ejemplo, oscila entre 50 y 5 %.

Los agricultores también están aprendiendo a conservar o envasar las cosechas para poder almacenarlas más tiempo. «Los granjeros del África oriental con quienes trabajamos nunca habían tenido excedentes: en un trimestre consumían todo lo que producían –explica Stephanie Hanson, vicepresidenta sénior de políticas y colaboraciones de la ONG One Acre Fund–. Ahora que pueden cultivar más comida, necesitan aprender nuevas técnicas de almacenaje.» Cuando la FAO entregó 18.000 pequeños silos metálicos a los agricultores afganos, la pérdida de cereales y legumbres pasó del 15 o 20 % a me­­nos del 2 %. Ensilar estos productos abre además las puertas a los agricultores a venderlos a precios que duplican o triplican los del momento de la cosecha, cuando el mercado está saturado.

En Estados Unidos, el interés de los medios, las autoridades y los grupos ecologistas por el fenómeno del despilfarro de comida ha llevado a un número creciente de restaurantes a implantar sistemas de medición de lo que desechan, el paso primero y fundamental hacia la reducción del desperdicio alimentario. En otros países, algunos restaurantes incluso han ensayado medidas como prohibir a los clientes dejar comida en el plato o cobrarles una penalización.

Ascendiendo en la cadena alimentaria, los hortofruticultores cooperan con las productoras y envasadoras de zumos para desarrollar más mercados secundarios en los que aprovechar la fruta imperfecta. También hay innovaciones para desperdiciar menos huevos. 

Hay otras «soluciones» en el horizonte. En el Reino Unido, cuyo Gobierno ha hecho de la reducción del desperdicio de comida una prioridad nacional, un colectivo ciudadano llamado Feeding the 5000 recoge en explotaciones agropecuarias y plantas envasadoras los productos de alta calidad que rechazan los supermercados y los utiliza para preparar comidas con las que agasaja a 5.000 afortunados comensales, totalmente gratis, como una forma de concienciar al público y celebrar soluciones creativas. Tristram Stuart, autor de Despilfarro: El escándalo global de la comida y fundador de Feeding the 5000, propugna que los establecimientos de alimentación rebajen el precio de los productos que estén a punto de caducar, que compartan equitativamente con los proveedores el coste de adquirir demasiadas existencias, y que procesadores y comerciantes publiquen cuántas toneladas de alimento desperdician. En respuesta al reto, Tesco ha reducido su gama de panes, ha retirado las fechas de «a la venta hasta» de las frutas y hortalizas, ha colgado los plátanos en hamacas protectoras y ha empezado a comprar más fruta directamente a los productores, lo que alarga su duración.

Una iniciativa más reciente de Stuart, «The Pig Idea», presiona a los Gobiernos de la Unión Europea para que levanten la prohibición de alimentar a los cerdos con comida desechada, implantada a raíz de un brote de fiebre aftosa en 2001 en el Reino Unido que se vinculó con el consumo de sobras crudas. Stuart alega que recoger y esterilizar los alimentos que desechan los comercios reduciría los costes de engorde soportados por los ganaderos, protegería vastas extensiones de selva tropical –que se talan para cultivar la soja de los piensos porcinos– y ahorraría a los negocios el gasto de deshacerse de los desperdicios. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, cebar ganado con la comida que hoy desechamos liberaría en todo el mundo cereales suficientes para alimentar a 3.000 millones de personas.

Utilizar nuestros excedentes para alimentar a los animales tiene lógica, tanto desde el punto de vista económico como ecológico. Pero el mejor destino de la comida sobrante es, huelga decirlo, dar de comer a los 842 millones de bocas hambrientas que hay en todo el planeta. En Estados Unidos 49 millones de personas están oficialmente en situación de inseguridad alimentaria, es decir, que no siempre saben de dónde saldrá el siguiente plato que comerán. La organi­zación benéfica Feeding America estima que en 2014 habrá repartido casi dos millones de toneladas de alimentos, la mayoría de ellos donados por fabricantes, supermercados, grandes productores y el Gobierno federal. También hay grupos de voluntarios de una red de «espigadores» que peinan los campos ya cosechados para recoger millones de kilos de productos que luego ceden a bancos y dispensarios de alimentos y a comedores benéficos. Y en algunas grandes explo­taciones californianas se ha implantado un programa llamado Recogida Simultánea: los jornaleros distribuyen el producto en cajones diferentes: uno para las unidades ideales, que se comercializan, y otro para las que tienen defectos, que se destinan a bancos de alimentos.

El primer paso para reducir el desperdicio alimentario es que la opinión pública reconozca el problema. La mayoría cierra los ojos a él. Pero poco a poco empiezan a cambiar las actitudes a medida que se encarecen los alimentos, y a medida que nos vamos concienciando de que el cambio climático se traducirá en menores cifras de producción alimentaria y de que debemos arrancar cada vez más calorías –de manera sostenible– a unas tierras que ya estamos cultivando.

Tener comida de sobra podría parecer un problema maravilloso propio del Primer Mundo, pero colmar las cornucopias de una superabundancia que desde el principio se sabe está destinada al vertedero es algo que el mundo no puede soportar un minuto más. Es demasiado caro y está destruyendo el planeta mientras millones de personas pasan hambre. «El desperdicio de comida es un problema ridículo –reconoce Nick Nuttall, del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente–, pero todo el mundo adora los problemas ridículos porque saben que pueden hacer algo al
respecto.»

http://www.nationalgeographic.com.es/
Por Elizabeth Royte

Foto: clubdarwin.net / site.adital.com.br / ecoportal.net / ecointeligencia.com

Esquipulas, Guatemala

Situado en la parte Sur-Oriental de Chiquimula, República de Guatemala, con una extensión de 532km cuadrados,  colinda con los municipios de Olopa, Jocotán, Camotán del departamento de Chiquimula y al sur con los municipios de Metapán de eEl Salvador y al Oriente con los departamentos de Copán y Ocotepeque en Honduras y al Poniente con el municipo de las minas y parte del Quetzaltepeque del departamento de Chiquimula.

Esquipulas celebra sus fiestas patronales del 21 al 28 de Julio en Honor al Patrón Santiago y del 11 al 15 de Enero es la fista en Honor al Milagroso Señor de Esquipulas y el 9 de marzo se celebra el traslado de la imagen del Señor de Esquipulas de la Parroquia Santiago hacia la Basílica.

 Antes de la conquista el Municipio de Esquipulas era reconocido con el nombre de Yzquipulas. Según libro del Cabildo, en su folio 162 Ysquipulas fue conquistada por primera vez en el año de 1525, por los Capitanes españoles Juan Pérez Dardón, Sancho de Barahona y Bartolomé Becerra, quienes fueron enviados por don Pedro de Alvarado. Pero habiéndose levantado los esquipultecos contra la autoridad del Rey en abril de 1530, aprovechando la situación política de la Capitanía General , según Fuentes y Guzmán, hubo necesidad de que el gobernador interino don Francisco de Orduña, enviara a los Capitanes Pedro de Amalín y Hernándo de Chávez, a reconquistar a Yzquipulas, ante quienes el cacique de Yzquipulas se rindió después de tres días de sangrientos combates, indicando que esto lo hacía: “Más por la paz y tranquilidad pública, que por temor a las armas castellanas”. (Monografía de Esquipulas del Periodista Vitalino Fernández Marroquín)

Vale la pena resaltar como dato histórico, el hecho de que de todo el departamento de Chiquimula, y prácticamente de todo el corregimiento de Chiquimula de la Sierra , con excepción de los valles de Zacapa y Santa Catarina Mita, la población española en los valles de Esquipulas fue la más numerosa. A base del primer libro de bautizos de 1692 a 1716, se nota que la comunidad española empezaba a gestarse con una población de 198 españoles y ya entre los años 1810-1825 habían 851 españoles en los valles de Esquipulas notándose que a lo largo de un siglo ya había aumentado la población española por casi 5 veces. En 1813 la Comunidad Española alcanzaba el 30% de la población del municipio de Esquipulas. Lo que atrajo a muchos españoles fueron sus valles tan deliciosos y fértiles, así también la hermosa imagen del Cristo negro de Esquipulas. “En 1,726, hubo un informe que decía que en Esquipulas había una tierra templada con frutas y comercio. Labran maíz, tienen trapiches de caña dulce con que hacen rapaduras, siembran maíz y frijol y además hay crianza de ganado, caballar y mular”. Los españoles atraídos por la fertilidad de las tierras se asentaron en haciendas fuera del pueblo principalmente en los valles de Olopita, Atulapa, Jagua y Jupilingo (Rev. Ricardo Terga, La Mies es Abundante, España en La Chiquimula y Jutiapa Colonial).

Datos de la ciudad
Entre 1,560 y 1570 fue fundada la villa de Esquipulas, por los españoles y poblada en sus inicios por los toltecas que dieron origen a los indígenas Chortí. Luego tras haberse asentado en valles del municipio muchas familias españolas, aumentó la población de mestizos y mulatos . El nombre de Esquipulas según la etimología que proporciona el cronista Francisco Fuentes y Guzmán podría derivar del náhuatl, que significa “Tierras Floridas”. Antiguamente según la lengua Chortí fue llamada Esquipula cuyas raíces son kip – ur se traduce en levantado, elevado; p’ur significa quemar, mientras que las dos últimas sílabas del nombre también pudieron haber sido ora’, o sea or, cabeza y ha’, curso de agua, es decir, nacimiento de río.
Esta villa fue elevada a la categoría de ciudad el 11 de octubre de 1968 y su templo fue situado como basílica por Bula del Papa Juan XXIII el 16 de abril de 1961, fecha en que también recibió la categoría de Ciudad Prelaticia.

Por su importancia turística y religiosa a nivel de Región Centroamericana, ser sede de varios acontecimientos especiales, la ciudad de Esquipulas ostenta varios títulos como: CAPITAL DE LA FE CENTROAMERICANA, SEDE DEL TRIFINIO Y PUERTA ABIERTA HACIA LA PAZ.
 
Aspectos antropológicos y sociales:
Esquipulas fue de inicio un poblado netamente Chortí, que con el correr del tiempo fue pasando por el proceso de mestizaje. En la actualidad sus habitantes son mestizos y ladinos. Ya no se cuenta con la raza Chortí.

Por patrones culturales, la familia del área rural es sostenida por el hombre (padre), puesto que él sale a cosechar, sembrar, a trabajar o comerciar, mientras que la mujer se queda en casa atendiendo el hogar y cuidando a los hijos.

En el área urbana esta situación cambia ya que hay muchas madres de familia que trabajan en comercio informal en los mercados o en las áreas de mayor afluencia de turistas, al igual que los padres, para mantener una economía favorable en el hogar. Al tener la mujer más acceso a la Educación le ha permitido a optar a trabajo en las diferentes instituciones que generan empleos como Municipalidad, Agencias Bancarias, Cooperativas o Centros Comerciales. No teniendo esta oportunidad las madres solteras de escasos recursos, se ven obligadas a buscar trabajo en negocios, comedores o en el servicio doméstico para poder sostener a sus hijos. En gran mayoría los habitantes de la ciudad se dedican al comercio, constituyendo el turismo la mayor fuente de ingresos.

Por su ubicación geográfica y su carácter de centro religioso y turístico, se ha dado el fenómeno de que buena parte de la población urbana, la integran personas originarias de otras regiones del país, así como de los países vecinos, de hecho se ven personas del occidente de la república, como salvadoreñas y hondureñas, que se han quedado en la ciudad, aprovechando la oportunidad de comercio en los mercados.

CLIMA
Esquipulas tiene un clima muy variable, cálido templado seco, su temperatura promedio es de 25 grados centígrados, bajando hasta 10 grados centígrados ocasionalmente. Boscoso con un invierno benigno, especialmente el de las estribaciones de sus montañas, las de La Granadilla que favorecen al clima de la ciudad, también las de Miramundo y San Isidro por el lado de la zona de Chanmagua. Los meses más calientes son marzo y abril y los más fríos diciembre y enero. La época de lluvia es de mayo a octubre, habiendo semanas de chubascos en noviembre, diciembre y enero, que se conoce como lluvias temporales.

HIDROGRAFIA
En el Municipio de Esquipulas las aguas están distribuidas en dos grandes corrientes. La primera nace en las montañas de Santa María Olopa cruzando los valles de Olopita y Atulapa, se dirige hacia el sur. Su afluente principal es el Río de Olopita, que alimentado por las corrientes de los ríos y quebradas de Nejapa, San Juan, Tepoctún, Chantiago, Quebrada Oscura, el Roble, el Chorro Chacalapa o El Milagro, Atulapa, Blanco Anguiatú y Agua Caliente, forman El Río Lempa que atravesando territorio de Honduras, entra a El Salvador y desemboca en el Océano Pacífico.

La segunda corriente se dirige hacia el norte, tiene como afluentes principales los ríos de El Playón y Joyitas que nacen en la frontera con Honduras y Río frío o Sesecapa también en territorio hondureño, formando el Panela, se juntan al Río Mapá, que unido a la quebrada de Senas, las Cañas y río Chanmagua, forman la cuenca del Jupilingo en jurisdicción esquipulteca, pasando al Municipio de Camotán unidos a otros afluentes caen al Motagua que desemboca en el Océano Atlántico.

OROGRAFIA
Cinco son las montañas que se levantan en el municipio y enmarcan los valles y forman las dos cuencas hidrográficas. Al norte La Cumbre del Divisadero y Las montañas de Quezaltepeque y Santa María Olopa. Al sur La Montaña del Olvido que es todo un nudo Montañoso de donde se desprende la Cordillera del Merendón con dirección hacía el norte. Al oriente La Rueda y La Brea cuyos cerros más prominentes son El Bolillo y San Isidro y el Monte Oscuro, marcando la línea divisoria en la frontera de Honduras. Al poniente la Montaña de Las Cebollas entre Esquipulas y Quezalepeque.

FAUNA
Son muchas las especies de animales mamíferos silvestres, propias de esta zona, sin embargo por el aumento de la población, la caza indiscriminada y expansión de la frontera agrícola, se han ido ahuyentando e incluso desapareciendo algunas, tal es el caso de los felinos y especies como el venado. Aún así se cuenta todavía con especies como el zorrillo, mapaches, armadillos, conejos, cotuzas, coyotes, gato de monte, comadrejas, nutrias, tepezcuintles, etc.

Esquipulas ha sido tierra de aves, contando con variedad de especies, entre las que predominan los zanates, torditos, arroceros, senzontles, palomas, y garzas que emigran en determinada época del año

Son comunes los senzontles bobos y los llamados mejicanos que fabrican sus nidos en los espinales de las llanuras de Olopita y Los Espinos y que mañana y tarde emiten silbidos característicos amenizando el ambiente. Hay especies de palomas como las azules, las alas blancas, calenturientas y de Castilla que es una especie doméstica. Aves preciosas como las chorchas, oropéndolas, tucanes, pájaro bobo, pericos, urracas y chepillos, todas estas aves, existen en minoría y están en peligro de extinción en la zona. Entre todas las aves del municipio merece especial mención El Quetzal, porque no sólo es un pájaro de bellísimo aspecto sino que se ostenta en la bandera nacional como símbolo de libertad, que aún habita en Esquipulas lo cual se comprobó en los años 1983/84 en las montañas de San Isidro y precisamente cuando se trataba de talar un bosque para madera, por lo que al tener conocimiento las autoridades, se prohibió aquella tala.

Existen reptiles como serpientes, lagartijas, garrobos, tortugas, batracios como sapos y ranas. Así mismo animales acuáticos como peces entre los que podemos mencionar filines, guapotes, burras, tilapias así como cangrejos y patos de agua. Estos animales en la actualidad se han visto afectados por la contaminación de los ríos tanto por aguas negras de la ciudad y aguas mieles del café, como por el uso incorrecto de insecticidas en la agricultura.

FLORA

Esquipulas se caracteriza por sus bosques de pino oocarpa, especie que predomina en las áreas nororiente y norponiente del municipio. En el área sur existe pino pero es menos. También existen bosques de Liquidambar, roble, encino y muchas especies de árboles como palo blanco, palo negro, madre cacao, matilisguate, aguacatillo(cuyo fruto es alimento para el quetzal), pimiento, cedro, guayabo, irayol, matasano, cuje, pepeto, paterna, pito, conacaste, Zunculla, Zurumullo, anona, caulote y una extensa variedad de arbustos y hierbas. Algunas de ellas con propiedades medicinales y que son de uso común, principalmente en los habitantes del área rural, quienes por enseñanza de sus ancestros, conocen estas plantas, entre la cuales se pueden mencionar: la salvia, tres puntas, venadillo, suquinay, cedrón, quina, quebracho, liquidambar, hierba del toro, hierba del cáncer, altén, sábila, etc.

Foto: codigopostal.org / centrodonbosco.blogspot.com / basilicaesquipulas.wordpres.com

Cuenca de Panamá Negocia Bonos de Carbono

La Autoridad del Canal de Panamá (ACP) estará emitiendo los primeros bonos de carbono luego de haber certificado unas 2.400 hectáreas, de un total de 7.000 hectáreas que comprende el proyecto de la cuenca hidrográfica.

El proyecto en su totalidad contempla una inversión de US$19 millones, desde el 2009, en actividades de reforestación y promoción de actividades sostenibles con moradores de la cuenca.

“Actualmente, lo que estamos haciendo es informar a posibles empresas que estén interesadas en adquirir los bonos de carbono con cuánto contamos y ofrecerlos en el mercado voluntario”, señaló Ángel Ureña, gerente de Evaluación Ambiental de la Autoridad del Canal de Panamá (ACP).

Ureña explicó que actualmente cuentan con más de 370.000 unidades de emisiones verificadas, es decir, que las áreas reforestadas fijan ese carbono.

“Lo que ya completamos es la certificación de los programas de estándares voluntarios de carbono, clima, comunidad y biodiversidad, y ahora terminamos el proceso de certificación bajo gold standard, el más reconocido a nivel mundial”, dijo Ureña.

Indicó que están contactando empresas que han tenido interés en adquirir reducciones para mitigar su huella de carbono. “Muchas empresas están enfocadas en lo que se denomina carbono neutral, y establecen procesos de reducción interna de emisiones; sin embargo, no pueden compensar la totalidad de sus huellas y lo que hacen es tratar de compensarla a través de la compra de crédito de carbono”, señaló.

Precio
El precio de la tonelada fluctúa. “Estamos informando sobre el proyecto, no hemos recibido propuesta con números firmes; aunque hemos percibido interés, no hay una propuesta en firme para la adquisición de los créditos”, señaló Ureña. Destacó que muchos piden más información.

El gerente de Evaluación Ambiental de la ACP informó que las empresas buscan crédito de carbono que tengan historia. “En el mercado voluntario se encuentran créditos de carbono desde US$2,50 hasta por arriba de US$10, y depende de la calidad del crédito de carbono”, expresó.

“Es decir que sean créditos que vengan de proyectos de reforestación y que generen tanto beneficios ambientales como sociales”, dijo.

Este es el modelo del estándar de clima, comunidad y biodiversidad (CCB) en la cuenca del Canal, que permite que los interesados puedan tener garantía que el proyecto contribuyó con las comunidades y el ambiente, dijo Ureña.

“Tenemos proyectos agroforestales con grupos beneficiarios de la cuenca donde se reforesta con café bajo sombra, que incluye lo que es la actividad productiva y a la vez se reforestan estas áreas; este es un café ecológico y contribuye a la fijación de dióxido de carbono”, manifestó.

También el programa incluye proyecto silvopastoril, que es la reforestación en potrero y siembra de pasto mejorado para que la ganadería sea menos extensiva y el propietario reciba beneficio de una producción más sustentable en menos área, y se contribuye a la fijación de carbono.


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Fotografia: quorum.com.arg

Tapir

También conocido como Anta, Danta, Pinchaque y Macho de Monte. Es el único animal vivo representante de la familia de los tapiridade del genero tapirus, considerado familiar lejano de caballo y rinoceronte. El tapir es de tamaño mediano-grande, aproximadamente de 2 metros delargo y llega a pesar de entre 150 y 300 kilos. Su cuerpo es grueso y de cabeza y cuello grandes que le sirven para poder abrirse paso entre la maleza de los bosques tropicales donde vive ahora.

El tapir tiene en sus patas cuatro dedos, tienen pelo corto y oscuro pero aunque sus crías puedan presentar manchas de color en el pelo, conforme crecen estas manchas desaparecen. Una de las características principales del tapir es su largo hocico "tubular" con el que arranca raíces, hojas, agua, hierbas y plantas acuáticas de los pantanos donde pasa la mayor parte del tiempo. Los tapires son animales bastantes primitivos, los primeros representantes fósiles de la familia datan de unos 55 millones de años.

Habitan en regiones selváticas húmedas y en el caso del tapir de montaña, los páramos andinos.

Los depredadores más comunes del tapir son los grandes felinos como el Jaguar (América) y el tigre (Asia) además del hombre que lo caza y destruye su hábitat. Una de las maneras que tiene de defenderse es lanzar agua o correr a toda velocidad entre el follaje, esto hace que su depredador se golpee con las ramas que va separando el tapir con su cabeza.

Actualmente tres de las cuatro especies de tapir que quedan vivos viven en América
·         Tapir Norteño que solo se encuentra en Tehuantapec hasta el Ecuador
·         Tapir Andino
·         Tapir Brasileño, que se encuentra en la parte de Sud América y es el más común
·         Tapir malayo, que vive en algunas partes reducidas de malasia e inochina.

La diferencia entre el tapir asiático y el americano es que su trompara es más larga y el color de la
parte delantera es negra, mientras la parte trasera es blanca.

Fotografías: picpicx.com 

Si una medusa llamada “avispa de mar” te pica, tienes 45 segundos de vida, ya que es el animal más venenoso del mundo.





fotografía: alberto.wordpress.com

El CO2 nos deja sin Nutrientes

Los crecientes niveles de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera, causantes del calentamiento global, cuyo impacto sobre el clima de algunas regiones puede hacer peligrar sus producciones agrícolas, tienen otro efecto amenazador para la seguridad alimentaria mundial: están haciendo perder valiosos nutrientes a cultivos básicos de los que dependen millones de personas, como el arroz, el maíz, el trigo, la soja o el sorgo.

La razón es que el elevado contenido en CO2 hace crecer las plantas de forma más rápida, perocreando más almidón y azúcares, es decir, hidratos de carbono, en detrimento de proteínas y minerales.

De esta manera, los vegetales aportan menores cantidades de nutrientes esenciales como el zinc o el hierro, de los que más de 2.000 millones de personas ya sufren niveles bajos por su deficiente alimentación. Según los principales organismos internacionales, la malnutrición es la causa de la pérdida anual de 63 millones de vidas humanas.

Un grupo de una veintena de expertos de diversas universidades y centros de investigación de Estados Unidos, Australia, Japón e Israel analizaron los niveles nutricionales de 143 cultivos experimentales sometiéndolos a niveles de CO2 superiores en más de un cien por cien a los de la era preindustrial (algo que está previsto que suceda para 2060) y, en todos ellos, aunque en diferentes proporciones, detectaron efectos significativos de la presencia del gas sobre su desarrollo.

Se eligieron 41 genotipos de granos y legumbres y se plantaron en siete localizaciones al aire libre en Japón, Australia y Estados Unidos, donde se aportaron a las plantas niveles extra de CO2 mediante la tecnología FACE (siglas de Free Air Concentration Enrichment, enriquecimiento de concentración al aire libre), que bombea dióxido de carbono atmosférico al nivel del suelo, lo que evitó el tener que realizar el experimento en invernaderos cerrados, como se había hecho en trabajos anteriores.

Sorgo y maíz, menos afectados
Los científicos comprobaron que el trigo cultivado en esas condiciones acumulaba un 9,3% menos de zinc, un 5,1% menos de hierro y un 6,3% menos de proteínas que el que crece con los niveles actuales de dióxido de carbono en la atmósfera. El arroz también registraba peores porcentajes de los tres elementos.

Las legumbres presentaban menos metales, pero la misma aportación de proteínas. Sorgo y maíz se vieron menos afectados porque su proceso de fotosíntesis fija buena parte del CO2 en las células de sus hojas. Los resultados del estudio El incremento del CO2 amenaza la nutrición humana fueron publicados en la revista Nature.

El zinc es un elemento fundamental para el organismo humano. Su presencia es vital para la configuración del sistema inmunitario y la producción de proteínas y del ADN. Por su parte, el hierro es un componente esencial de la hemoglobina, la proteína que transfiere el oxígeno de los pulmones a los tejidos. Además, es imprescindible para el crecimiento, el desarrollo, el funcionamiento celular y la síntesis de ciertas hormonas.

Una dieta con niveles insuficientes de zinc o hierro puede generar un amplio abanico de consecuencias negativas para la salud humana, como la anemia, una mayor vulnerabilidad a las infecciones, niveles más elevados de mortalidad materna o una merma del coeficiente intelectual.
Para los autores del estudio, el impacto de los niveles de CO2 sobre la calidad nutricional de los cultivos es “la más significativa amenaza para la salud” entre todos los posibles efectos del cambio climático.

La contaminación atmosférica por CO2 contribuye de esta forma a favorecer la existencia de lo que algunos expertos denominan “alimentos huecos”, insuficientemente nutritivos pero cuyo alto contenido en almidón y azúcar provoca sensación de saciedad. Su proliferación podría estar detrás del imparable auge de la obesidad, porque “la gente come más para obtener la nutrición que necesita”, afirma Ken Warren, portavoz de The Land Institute, un centro de investigación agrícola
estadounidense.

http://www.ecoavant.com
Nota por: Pau Ruiz

Foto: Panorama-agro.com / cambioclimaticoglobal.com