La Tierra no es el único lugar de nuestro Sistema Solar con agua, así nos lo
recordó el hielo hallado en la Luna. Las lunas de otros planetas quizá sean más
húmedas. Los géiseres que rocían vapor en Encélado, satélite de Saturno,
sugieren una fuente líquida cercana a la superficie agrietada, mientras un
océano bajo el caparazón congelado de Europa, luna de Júpiter, podría contener
más del doble de agua que nuestro planeta.
El agua existe en la Tierra porque nuestra atmósfera impide que escape
flotando o se desintegre por la radiación solar. En otros sitios, el agua
aparece en su mayoría como hielo, como en los polos, las latitudes medias de
Marte o los cráteres sombreados en Mercurio.
Aunque en algunos sitios -como las reservas líquidas de la luna Titán, de Saturno,
que podrían ser 15 veces el tamaño de los mares de la Tierra-, el amoniaco, u
otros químicos, puede hacer que descienda el punto de congelación y sustente
océanos salados. Entonces, ¿nos beneficia de algún modo toda esta agua?
Los científicos dicen que algún día los viajeros espaciales podrían beber hielo
lunar derretido y convertirlo en oxígeno o combustible para viajar a Marte.
Mientras, entre más aprendemos sobre cómo y dónde sobrevive el agua, más
entendemos el recurso más preciado de la Tierra.
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