Son varias las razones, tanto
económicas como ecológicas, por las que se busca disminuir la dependencia del
petróleo. En la actualidad, el 94% de la energía consumida por el transporte en
el mundo proviene de derivados del petróleo.
De acuerdo a los
investigadores Daniel Cohn y Leslie Bromberg del Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), un automóvil que utiliza como combustible el gas natural
puede llegar a ser hasta 30% más eficiente que el que utiliza
gasolina.
El gas natural comprimido
(GNC), el gas natural líquido (GNL), el metanol y el etanol podrían
eventualmente sustituir los combustibles provenientes del petróleo. Representan
un menor costo tanto para la industria camionera, quien podría sustituir la
gasolina por GNC, como para los coches pequeños, cuya alternativa más
prometedora es el etanol.
Además de tener un precio
mucho más bajo que la gasolina, el gas natural produce menos emisiones nocivas
para el ambiente. Es equiparable incluso a los motores híbridos. Únicamente 19
litros de etanol sustituyen 100 litros de gasolina, lo cual significa que el
tanque del auto se necesitaría llenar solamente una vez cada tres meses.
Si bien existe la posibilidad
de utilizar recursos alternos de fuentes sustentables como la energía solar,
eléctrica o eólica para hacer funcionar los automóviles, su alto costo la
vuelve una alternativa poco viable. El gas natural bien podría ser la
solución práctica para un motor más eficiente, más ecológico y más barato de
mantener.
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