Revista Mercados y Tendencias
Al Gore, ex vicepresidente de EE. UU., en Nashville, Tennessee, fuertes tormentas dejaron a miles de personas sin agua y energía, el río Cumberland se desbordó y hundió símbolos de la ciudad como el Grand Ole Opry, el estadio de futbol y hasta las plantas de tratamiento de agua.
Los científicos dijeron del desastre, que las posibilidades de que una inundación de tal magnitud se presentara eran 1000 a 1, sucedió, este fenómeno se está repitiendo con mayor frecuencia en distintas partes del planeta como Pakistán, Brasil, México, Rusia y Colombia.
Este ha sido quizás el encuentro más fuerte de Al Gore con el poder de la naturaleza, pero no el único. Desde que inició la década, el político estadounidense se ha abocado a encontrar pruebas científicas de la crisis climática y a generar conciencia entre los distintos stakeholders. En la presentación que dio en Costa Rica, en marzo pasado, el ex político y activista ambiental presentó pruebas irrefutables del cambio climático y su solución al problema.
Entre ellas, evidencias de las transformaciones que el planeta ha sufrido en la última década. “Una de las razones por la cual es tan difícil comprender este problema es porque nuestra imaginación no comprende que los retos de la tierra son radicalmente diferentes a los que enfrentaron nuestros padres y abuelos.
El sistema ha sido alterado. Cuando nací, había 2 billones de personas en el mundo, hoy hay 7 billones y en 40 años serán 9 billones. Cuatro veces la cantidad de gente en menos de un siglo significa más demanda sobre el planeta”, indicó Gore.
Y el planeta ha reaccionado con furia ante esta demanda. El 2010 es el año con mayores temperaturas registradas desde que existen mediciones en 1880. De hecho, 9 de los 10 años con mayores temperaturas se ubicaron en la última década.
El año pasado, 19 países tuvieron temperaturas récord. La temperatura más alta medida en una ciudad asiática es en Pakistán, con 53,5° C. Una decisión de mercado
Gobiernos alrededor del mundo no han enfrentado este desafío, incluido EE. UU., que tiene una capacidad de liderazgo que no está utilizando. Aunque las controversias sobre las pruebas han disminuido, las medidas concretas aún no se están tomando. El primer paso parece ser el más difícil de tomar.
“El CO2 es inodoro, incoloro y no tiene etiqueta de precio. Si ponemos un precio que reflejara el impacto de la destrucción de nuestro planeta, el sistema de mercado nos ayudará con las decisiones. La solución más importante es poner un precio al carbono, es el primer paso”, expresó.
Gore no es el único que piensa de esta manera, en Australia, tras las inundaciones sufridas el año pasado, el primer ministro anunció que propondrá colocar un precio al carbono y que llevará este proyecto a la Asamblea a finales de junio. Las inundaciones producidas en el noreste de Australia alcanzaron una superficie mayor a las de Francia y Alemania juntas, mientras las aguas cubren 22 ciudades, aislaron a 200 000 personas y dejaron inoperante a un importante puerto exportador de azúcar.
“Tomamos la mayoría de las decisiones en el mundo en los mercados y si excluimos el cambio climático hay corporaciones que tienen planes de seguir contaminando y no se quieren detener, pero si todos enfrentan las mismas reglas, nadie tiene una desventaja”, expresó Gore.
Las ventajas no solo serán para el planeta, poner un precio al carbono significará también beneficios a la economía. “El petróleo y carbono suben de precio con la demanda, mientras que la energía solar y la eólica bajan de precio con la demanda”, expresó el ganador del Nobel. Algunos países como China ya está tomando ventaja de este panorama, el país asiático se ha posicionado como líder en la producción de paneles para energía fotovoltaica y solar. “Siguen inaugurando minas de carbón, lo que es una contradicción, pero están yendo por buen camino”, comentó.
En el caso del continente americano, podría ser un gran proveedor de energías alternativas. “Norte, Centro y Sudamérica podríamos tener una red intercontinental que conecte las fuentes solares, eólicas y geotérmicas. Europa está hambrienta por energía libre de CO2”, comentó Gore.
Precisamente esta región es sumamente vulnerable a los cambios climáticos y a sus efectos económicos. El impacto del aumento de 2° C en la temperatura en Costa Rica es un 30% menos de producción de arroz.
“El impacto de las crisis climáticas se percibe en los precios de los alimentos en los países en desarrollo. En el 2008 hubo una crisis alimentaria y hoy estos precios están más altos. Debido a nueva incertidumbre con las erráticas lluvias y sequías, muchos agricultores de subsistencia no saben cuándo cultivar”, apuntó.
Por otro lado, la dependencia del petróleo ha generado, además de un excesivo calentamiento del planeta, incertidumbre geopolítica.
Para Gore, sin embargo, las posibilidades de generar un cambio son altas, si existe un cambio en el sistema de mercado. “Si se pone un precio de carbono se puede identificar las oportunidades sostenibles, además de otras medidas como los bonos de carbono, impuestos y sobre todo, la conciencia. Tenemos todo para triunfar, excepto quizás voluntad política, pero eso es un recurso renovable”, finalizó.
Las respuestas de Mr. Gore
¿Puede la tragedia nuclear en Japón cambiar el futuro de la energía nuclear?
Algunas naciones escogerán continuar con la energía nuclear, pero jugarán un rol mucho más pequeño que el actual. Dentro de 15 a 20 años habrá disponibilidad de reactores más pequeños y seguros y estos podrían abrir la puerta para el fortalecimiento de la energía nuclear.
¿Como países en desarrollo, estamos atrapados por la acciones del mundo industrializado?
Todos estamos atrapados por las acciones de todos. El año pasado muchas naciones en desarrollo superaron en emisiones a las naciones desarrolladas. Todos estamos conectados.
Las emisiones de cualquiera son una amenaza para el futuro de todos, a menos que todos lleguemos a una solución global. Es importante como individuos cambiar los bombillos de la casa, pero es más importante como sociedad cambiar las leyes y el mercado.
¿Cuáles son las barreras más importantes para luchar contra el cambio climático?
Primero, es difícil para todos nosotros porque estamos en un patrón que nos hace consumidores. Segundo, es la preocupación ideológica de que la solución involucra un rol más fuerte del Gobierno. Y tercero, la negación es parte de la naturaleza humana, no pensar en algo que es desagradable, reaccionamos a las amenazas de esa manera
Al Gore, ex vicepresidente de EE. UU., en Nashville, Tennessee, fuertes tormentas dejaron a miles de personas sin agua y energía, el río Cumberland se desbordó y hundió símbolos de la ciudad como el Grand Ole Opry, el estadio de futbol y hasta las plantas de tratamiento de agua.
Los científicos dijeron del desastre, que las posibilidades de que una inundación de tal magnitud se presentara eran 1000 a 1, sucedió, este fenómeno se está repitiendo con mayor frecuencia en distintas partes del planeta como Pakistán, Brasil, México, Rusia y Colombia.
Este ha sido quizás el encuentro más fuerte de Al Gore con el poder de la naturaleza, pero no el único. Desde que inició la década, el político estadounidense se ha abocado a encontrar pruebas científicas de la crisis climática y a generar conciencia entre los distintos stakeholders. En la presentación que dio en Costa Rica, en marzo pasado, el ex político y activista ambiental presentó pruebas irrefutables del cambio climático y su solución al problema.
Entre ellas, evidencias de las transformaciones que el planeta ha sufrido en la última década. “Una de las razones por la cual es tan difícil comprender este problema es porque nuestra imaginación no comprende que los retos de la tierra son radicalmente diferentes a los que enfrentaron nuestros padres y abuelos.
El sistema ha sido alterado. Cuando nací, había 2 billones de personas en el mundo, hoy hay 7 billones y en 40 años serán 9 billones. Cuatro veces la cantidad de gente en menos de un siglo significa más demanda sobre el planeta”, indicó Gore.
Y el planeta ha reaccionado con furia ante esta demanda. El 2010 es el año con mayores temperaturas registradas desde que existen mediciones en 1880. De hecho, 9 de los 10 años con mayores temperaturas se ubicaron en la última década.
El año pasado, 19 países tuvieron temperaturas récord. La temperatura más alta medida en una ciudad asiática es en Pakistán, con 53,5° C. Una decisión de mercado
Gobiernos alrededor del mundo no han enfrentado este desafío, incluido EE. UU., que tiene una capacidad de liderazgo que no está utilizando. Aunque las controversias sobre las pruebas han disminuido, las medidas concretas aún no se están tomando. El primer paso parece ser el más difícil de tomar.
“El CO2 es inodoro, incoloro y no tiene etiqueta de precio. Si ponemos un precio que reflejara el impacto de la destrucción de nuestro planeta, el sistema de mercado nos ayudará con las decisiones. La solución más importante es poner un precio al carbono, es el primer paso”, expresó.
Gore no es el único que piensa de esta manera, en Australia, tras las inundaciones sufridas el año pasado, el primer ministro anunció que propondrá colocar un precio al carbono y que llevará este proyecto a la Asamblea a finales de junio. Las inundaciones producidas en el noreste de Australia alcanzaron una superficie mayor a las de Francia y Alemania juntas, mientras las aguas cubren 22 ciudades, aislaron a 200 000 personas y dejaron inoperante a un importante puerto exportador de azúcar.
“Tomamos la mayoría de las decisiones en el mundo en los mercados y si excluimos el cambio climático hay corporaciones que tienen planes de seguir contaminando y no se quieren detener, pero si todos enfrentan las mismas reglas, nadie tiene una desventaja”, expresó Gore.
Las ventajas no solo serán para el planeta, poner un precio al carbono significará también beneficios a la economía. “El petróleo y carbono suben de precio con la demanda, mientras que la energía solar y la eólica bajan de precio con la demanda”, expresó el ganador del Nobel. Algunos países como China ya está tomando ventaja de este panorama, el país asiático se ha posicionado como líder en la producción de paneles para energía fotovoltaica y solar. “Siguen inaugurando minas de carbón, lo que es una contradicción, pero están yendo por buen camino”, comentó.
En el caso del continente americano, podría ser un gran proveedor de energías alternativas. “Norte, Centro y Sudamérica podríamos tener una red intercontinental que conecte las fuentes solares, eólicas y geotérmicas. Europa está hambrienta por energía libre de CO2”, comentó Gore.
Precisamente esta región es sumamente vulnerable a los cambios climáticos y a sus efectos económicos. El impacto del aumento de 2° C en la temperatura en Costa Rica es un 30% menos de producción de arroz.
“El impacto de las crisis climáticas se percibe en los precios de los alimentos en los países en desarrollo. En el 2008 hubo una crisis alimentaria y hoy estos precios están más altos. Debido a nueva incertidumbre con las erráticas lluvias y sequías, muchos agricultores de subsistencia no saben cuándo cultivar”, apuntó.
Por otro lado, la dependencia del petróleo ha generado, además de un excesivo calentamiento del planeta, incertidumbre geopolítica.
Para Gore, sin embargo, las posibilidades de generar un cambio son altas, si existe un cambio en el sistema de mercado. “Si se pone un precio de carbono se puede identificar las oportunidades sostenibles, además de otras medidas como los bonos de carbono, impuestos y sobre todo, la conciencia. Tenemos todo para triunfar, excepto quizás voluntad política, pero eso es un recurso renovable”, finalizó.
Las respuestas de Mr. Gore
¿Puede la tragedia nuclear en Japón cambiar el futuro de la energía nuclear?
Algunas naciones escogerán continuar con la energía nuclear, pero jugarán un rol mucho más pequeño que el actual. Dentro de 15 a 20 años habrá disponibilidad de reactores más pequeños y seguros y estos podrían abrir la puerta para el fortalecimiento de la energía nuclear.
¿Como países en desarrollo, estamos atrapados por la acciones del mundo industrializado?
Todos estamos atrapados por las acciones de todos. El año pasado muchas naciones en desarrollo superaron en emisiones a las naciones desarrolladas. Todos estamos conectados.
Las emisiones de cualquiera son una amenaza para el futuro de todos, a menos que todos lleguemos a una solución global. Es importante como individuos cambiar los bombillos de la casa, pero es más importante como sociedad cambiar las leyes y el mercado.
¿Cuáles son las barreras más importantes para luchar contra el cambio climático?
Primero, es difícil para todos nosotros porque estamos en un patrón que nos hace consumidores. Segundo, es la preocupación ideológica de que la solución involucra un rol más fuerte del Gobierno. Y tercero, la negación es parte de la naturaleza humana, no pensar en algo que es desagradable, reaccionamos a las amenazas de esa manera
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