Se ha sugerido que el cloro aplicado con los
fertilizantes tiene un efecto negativo en las plantas y en los organismos del
suelo. Nada más alejado de la verdad. Es
importante distinguir entre el cloro presente en los fertilizantes (cloruro) y
el cloro presente en los desinfectantes y otros compuestos (clorato). Si bien
ambos se derivan del mismo elemento, sus características químicas y su
actividad biológica son dramáticamente diferentes. El cloro existe en la
naturaleza solamente como cloruro (Cl) y esta forma de cloro reacciona muy poco
en el suelo y no es tóxica para los microorganismos o para las
plantas. Esta es la forma de cloro presente en los fertilizantes como el
cloruro de potasio o muriato de potasio. A diferencia de los cloruros, los
cloratos (Cl2) no existen libres en la naturaleza y deben ser producidos
industrialmente.
Los
cloratos son extremadamente reactivos y por esta razón se utilizan por ejemplo
como desinfectantes y en la potabilización del agua.Las plantas absorben cloro
en forma del Ion Cl en un proceso activo que requiere energía. El cloro tiene
diversos papeles en la planta. Algunos son procesos intracelulares que son muy
específicos mientras que otros son procesos de interacción de la planta con el
medio. Ejemplos de estos dos tipos de procesos son la fotosíntesis, activación
de enzimas, actividad de los estomas y supresión de enfermedades. Investigación
conducida durante la última década ha demostrado claramente el efecto del cloro
en la supresión de enfermedades foliares en cereales de grano pequeño, maíz,
soja y otros cultivos. Aun cuando la respuesta del cloro en los cultivos ha
sido en gran parte asociada a la supresión de enfermedades, cultivos tropicales
como la palma aceitera, el coco y el kiwi tienen un requerimiento específico
muy alto de cloro.
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